¿Alguna vez te has sentido parte de la nada? ¿Como si tu voz
no sirviera para cambiar el mundo?
Bueno, así me siento yo, o me sentía
Soy una fantasma, literalmente
¿Cómo termine aquí? Fácil, soy una de las tantas víctimas de
la violencia en Venezuela, una cifra más en las protesta por la libertad de mi
país. Ahora que lo pienso, recuerdo que
antes de mi partida me sentía mal, como si tuviera una tormenta en mi interior
que nadie pudiera notar. Era como un contrapunto, si, así me sentía: era como
pertenecer en silencio al mismo tiempo que hay mucho ruido de libertad y
justicia afuera junto al ruido que
sentía en mi corazón clamando por una solución que nadie me daría, por una
propuesta que nadie escucharía y por un respiro de libertad. Aunque, esa ansiedad no fue la razón de ir a
la protesta, de hecho, supongo que la bala que atravesó mi cabeza fue la de un
extranjero experto que iba dirigida a un joven que extendía una bandera
tricolor sobre su cabeza gritando por libertad, tal vez, ese muchacho estaba
destinado a ser una persona muy influyente en mi país y al salvarle la vida,
indirectamente, salvé lo que quería cuidar. No me mal entiendan, estoy en paz,
aunque pedí estar aquí hasta ver el cambio de verdad y tengo compañía, muchos
jóvenes que también perecieron por un futuro mejor están conmigo, sonriendo,
porque su muerte no fue en vano y hoy, mientras camino por las calles
solitarias y oscuras entre los escombros aun en llamas lo puedo certificar.
Amigo, cada lucha no es en vano, si no quieres luchar por
nosotros los caídos, lucha por ti, por tu familia, por tu futuro, por la gente
que no tiene tus mismos recursos. Al final, si es por una buena causa, valdrá
la pena cada rasguño, cada lágrima y el sentimiento de satisfacción será
enorme. Créeme, aunque yo no podre salir otra vez a comprar un libro o a comer
un helado sin miedo se que las personas que jamás lo han hecho serán felices
por intentarlo, yo también lo estaré al verlos.
En estos momentos estoy de pie frente al punto donde mi vida
termino y extrañamente, mi gorra tricolor sigue allí, como un pilar de
fortaleza. No puedo evitar sonreír al ver eso y al escuchar los aviones de
cobardes huyendo o de culpables en camino a una corte internacional. Hoy es el día,
al fin veo luz después de esta oscuridad tanto para mí como para Venezuela. Sé
que al fin todo estará bien.
Un último consejo: resiste y no dejes que nadie te haga
sentir menos. Lo más duro viene ahora que toca reconstruir el país, pero al
final valdrá la pena y te sentirás orgulloso
Resiste, persevera y lucha, pero sobre todo
Se feliz, por ti, por mi y por todos nosotros
Disfruta los resultados de esto y nunca nos olvides
Gracias
#SOSVenezuela #PrayForVenezuela #ElQueSeCansaPierde
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