Bueno, al parecer algo bueno sale de andarme suscribiendo a todas las páginas interesantes que veo por ahí xd
Anoche me llegó un correo de TMI Source donde anunciaba que Cassandra Clare estaba lanzando una historia corta sobre Jessa *-* en serio pensé que lloraría de felicidad, y sobre todo porque la historia es de cuando Jem es humano de nuevo y se reencuentran! Ya va, denme un segundo, es demasiada emoción junta :')
Y bueno, pensé en traérselos traducido. Lo sé, lo sé, gracias, no hace falta que me pongan un altar. Y bueno, ahí va! Lo traduje con Google Traductor y luego lo arreglé porque en serio me da un polo gigantesco traducir todo eso.
"Después del Puente"
"Es la hora de nuestra comodidad y plenitud
Estos son los días por los que hemos estado trabajando
Nada nos puede tocar ni dañar
Y nada saldrá mal nunca más"
Al final resultó que Tessa tenía un piso que poseía en Londres. Fue el segundo piso de una casa blanca pálida en Kensington, y mientras entraban en el interior (la mano sólo le temblaba ligeramente mientras giraba la llave) le explicó a Jem que Magnus le había enseñado cómo los brujos podían encontrar el camino a sus hogares durante muchos siglos poniendo las propiedades a disposición de sí mismos.
-Después de un tiempo empecé a escoger nombres tontos para mí -dijo ella, cerrando la puerta detrás de sí -. Creo que soy dueña de este lugar bajo el seudónimo Bedelia Bacalao.
Jem se rió, aunque su mente estaba sólo en parte en sus palabras. Miraba alrededor del apartamento; las paredes estaban pintadas en colores brillantes: una sala de estar lila, salpicada de sofás blancos, una cocina verde aguacate. ¿Cuándo Tessa había comprado el piso?, se preguntó, ¿y por qué? Ella había viajado tanto, ¿por qué hacer una base de operaciones en Londres?
La pregunta se secó en la garganta cuando se volvió y se dio cuenta de que a través de una puerta entreabierta, pudo vislumbrar las paredes azules de lo que probablemente era un dormitorio.
Tragó, la garganta se le secó de repente. La cama de Tessa. Donde ella dormía.
Ella entrecerró los ojos hacia él -¿Estás bien?
Ella lo tomó de la muñeca y sintió que su pulso saltó bajo su toque. Hasta que él se convirtió en un Hermano Silencioso, siempre había sido así. Se había preguntado durante su tiempo en Idris, después de que el fuego celestial lo curara, si seguiría siendo así con ellos: si sus sentimientos humanos volverían a él. Había sido capaz de tocarla y estar cerca de ella como un hermano silencioso sin desearla como lo había hecho cuando era un mortal. Todavía la amaba, pero había sido un amor del espíritu, no el cuerpo. Se había preguntado (temía, incluso) que las sensaciones físicas y las respuestas no volverían a ser como eran antes. Se había dicho a sí mismo que aunque ser un Hermano Silencioso matara la capacidad de sus sentimientos de manifestarse físicamente, no se sentiría decepcionado. Se había preparado para eso.
No debería haberse preocupado.
En el momento en que la había visto en el puente, que venía a él a través de la multitud en sus modernos pantalones vaqueros y una bufanda de la Libertad, con el pelo volando detrás de ella, sintió que su respiración se quedaba atascada en su garganta.
Y cuando ella le mostró el colgante de jade que él le había dado y se profesó ante él, su sangre había rugido con vida en sus venas como un río sin represas.
Y cuando ella dijo "Te amo. Siempre lo he hecho y siempre lo haré", le había costado todo lo que tenía no besarla en ese momento. No hacer algo más que besarla.
Pero si la Hermandad le había enseñado algo era el control. Él la miró ahora y luchó por darle firmeza a su voz.
-Un poco cansado -dijo -. Y sediento. A veces me olvido de que ahora tengo que comer y beber.
Ella dejó caer las llaves en una pequeña mesa auxiliar de palo de rosa y se volvió para sonreírle -Té-dijo ella, dirigiéndose hacia la cocina verde aguacate-. No tengo mucha comida aquí, no suelo quedarme mucho tiempo, pero tengo té. Y galletas. Ve al recibidor; yo iré en un momento.
Tuvo que sonreír ante eso; hasta él sabia que ya nadie decía recibidor. Quizás ella estaba tan nervioso como él, entonces? Sólo podía esperar.
* * *
Tessa maldijo en silencio por cuarta vez mientras se inclinaba para recuperar la caja de terrones de azúcar del el piso. Ella ya había puesto la olla de agua a hervir sin agua, mezclado las bolsas de té, derramado la leche, y ahora eso. Dejó caer un cubo de azúcar en ambas tazas de té y se dijo que contara hasta diez, viendo los cubos disolverse.
Sabía que sus manos temblaban. Su corazón se aceleró. James Carstairs estaba en su piso. En su sala de estar. Esperando para el té. Parte de su mente le gritaba que era sólo Jem, mientras que la otra parte decía que sólo Jem era alguien a quien no había visto en ciento treinta y cinco años.
Él había sido el hermano Zachariah durante demasiado tiempo. Y, por supuesto, siempre había sido Jem en el corazón, con su ingenio y bondad inagotables. Él nunca había fallado en su amor por ella o en su amor por Will. Pero los Hermanos Silenciosos no sentían las cosas como la gente común lo hacía.
Era algo que había pensado, a veces, en los últimos años, muchas décadas después de la muerte de Will. Ella nunca había querido a nadie, nunca nadie más que a Will y Jem, y los dos se habían ido, a pesar de que Jem todavía vivía. Se había preguntado a veces lo que habría hecho si a los Hermanos Silenciosos les hubiera estado prohibido casarse o amar; pero era más que eso: no podía desearla. Él no tenía esos sentimientos. Se había sentido como Pigmalión, anhelando el tacto de una estatua de mármol. Los Hermanos Silenciosos no tenían deseos físicos para el tacto, más de lo que necesitaban alimento o agua.
Pero ahora ...
"A veces me olvido de que ahora tengo que comer y beber"
Cogió las tazas de té con las manos aún temblorosas y entró en la sala de estar.
(Continuará).
***
Alguien más quiere morir? No? Solo yo? Espero que saque la continuación YA. Por favor T.T
